Todo comienza en 1984, cuando Rodrigo Peña saca a la venta sus recetas de platos típicos en un concurrido restaurante del Valle de los Chillos, donde la especialidad eran las empanadas de morocho.

Después de dos décadas de experiencia, en el 2005, el negocio se replanteó para especializarse en empanadas, es así que abrimos el primer local de Campo Viejo, combinando las mejores recetas de empanadas y bebidas, esto tuvo una gran acogida en el mercado.

Desde el comienzo en Campo Viejo comprobamos que la empanada era un producto totalmente adaptable a los distintos perfiles y paladares, dado que satisfacía las motivaciones básicas de los consumidores: comodidad, calidad y precio accesible. Después de 3 años empezamos a crecer, llevando a Campo Viejo cada vez más cerca de nuestro clientes, inaugurando locales en Quito y sus alrededores.

Ya son 18 años, compartiendo momentos especiales, haciendo irresistibles las ganas de una empanadita con ají. Deseamos continuar por el camino del crecimiento sostenido y apuntamos para ello al trabajo permanente.
Hoy ya contamos con 14 locales alrededor de la ciudad de Quito.